lunes, 7 de mayo de 2012

VALORES HUMANOS Y MOTIVACIÓN EDUCATIVA


Valores humano y motivación educativa.
Palabras claves: valores, motivación, educación.
Autora:  Profa. María Nieves Delgado.

     Hablar de valores humanos significa aceptar al hombre como el supremo valor entre todas las realidades humanas. Educar al hombre en los valores humanos es educarlo para que se oriente en el valor real de las cosas. Toca a la persona hacer una valoración de las cosas  y establecer una jerarquía de importancia. Así comprenderá que hay valores que deben ser sacrificados en aras de valores más altos: la salud es más importante que el dinero   los valores  dignifican y acompañan la existencia de cualquier ser humano.  Es evidente que la educación de una persona dependerá de esta "escala moral" que haya interiorizado y que se encuentre  en congruencia con el propio proyecto de vida.
     La educación en valores comienza en la familia, donde se aprenden conductas, roles y las formas de reaccionar ante conflictos. Se ha comprobado la importancia de la dimensión afectiva en las relaciones familiares. El estilo educativo familiar basado en el amor junto con la coherencia en la aplicación de las normas, se traduce en principios que motivan a los jóvenes  orientándolos  a las necesidades  de superación personal.
     La educación continúa en la escuela, donde se postula la conducta modélica del educando, el uso de las normas para ejercitar el autocontrol, la participación en la toma de decisiones, la promoción de la reflexión, la enseñanza de la empatía, de la solución y gestión de conflictos, que son algunos de los componentes que ayudaran a motivar los deseos de superación del individuo. El célebre filosofo Inmanuel Kant señala: “Obra de tal modo que no consideres a la humanidad (…) solamente como un medio, sino siempre como un fin en sí mismo.” (1)
     En resumen, vivir los valores en la escuela implica integrarlos a un proyecto educativo que se refiera a saber vivir, entre otras formas, en democracia, pacíficamente con los demás y en libertad.
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(1)     Inmanuel Kant, Critica de la Razón Práctica, 1788, Königsberg Alemania, pág. 114.

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